Mi persona Dolores Señaris Calviño, con mi sobrina Sonia Señaris Lamas en mi viaje a Galicia en el año 2016.
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Capitulo del mes de abril del 2016 en Caracas Venezuela.
Mi persona Dolores Señaris Calviño, y mi hijo Alexander y su esposa Zhandra en un restaurante en Caracas celebrando el día de la madre en el 2016.
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Dolores Señaris Calviño, en su casa en Caracas.
Dolores en su casa.
Dolores Señaris Calviño en la entrada de su casa en Caracas, abril del 2016.
Dolores Señaris Calviño en la entrada de su casa en Caracas, abril del 2016.
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Ahora continuamos con nuestra
historia. Vamos por enero de 1995.
Terminamos el otro capítulo el 31
de diciembre de 1994. Enero siempre era un mes flojo en las ventas, pues los
venezolanos en diciembre votan la casa por la ventana, así que la primera quincena
de enero había que organizarse, eso es lo que yo hacía cada año y en especial en
este, pues venía del año pasado de una hospitalización a comienzos del 1994
donde descapitalicé la tienda, hacía ya 8 meses y tenía que recuperarme
económicamente y también debía descansar, pues en diciembre trabajé mucho,
estaba agotada. Alexander con sus estudios e Isidro José con sus eventos, aunque
a éste no le salió ninguno, solo de seguridad, de los artistas en los eventos
que se organizaban en Caracas, pues como él era bien alto y fuerte lo podía
hacer.
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Isidro José Montoto Señaris junto a mi persona Dolores Señaris Calviño.
Isidro José y mi persona Dolores.
El 15 de enero recibí una llamada
de mi suegra, la Sr. Luisa. Después de que nos saludamos me dijo que hacía un
mes que había llegado de visita desde España a casa de su hijo Isidro padre de mis hijos y
yo pensé que ni siquiera me habían llamado para decirme que había llegado y
entonces ¿Para qué me estaría llamando?
Mientras conversamos ella dijo “Quiero
saber si tu estas dispuesta a recibirme en tu casa, pues no quiero estar más
aquí. Tuvimos una muy fuerte discusión, pues ellos tienen un estilo de vida que
no va conmigo” – “Claro Sra. Luisa, recuerde que yo le ofrecí mi casa, pero la
habitación que tengo libre es la de Marina, la chica que cuidaba a mis hijos,
que ya no está conmigo. No es muy grande pero es cómoda y tiene su baño al
lado. Deme unos días para arreglarla”, ella dijo “Bueno, hasta el viernes” – “Muy
bien”. Colgué el teléfono y me dije “¿Cuántas vueltas da la vida? ¡Tan mal que
la Sra. Luisa se portó conmigo. Cuando su hijo y yo nos separamos se alejó de
sus nietos como si ellos tuvieran la culpa y después de 14 años es ella la que
necesita de mí. Bueno… Como yo no tengo pareja y vivo sola con mis dos hijos, la
puedo recibir y veremos cuáles son sus planes de esta visita”. Le compré un
colchón nuevo con sábanas, le puse unas cortinas, limpié muy bien el baño y le
puse todo lo necesario. El cuarto quedó bien bonito.
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Dolores Señaris Calviño en su
casa de La Boyera en Caracas.
Dolores en su casa.
Eran las 5 de la tarde cuando me
tocó el portero del edificio avisando la llegada de mi suegra, le dije que la
dejara entrar que enseguida bajaba a recibirla. Bajé corriendo con mi mejor
sonrisa, le di un abrazo a la Sr. Luisa, le dije bienvenida, le tomé la maleta
y la invité a que camináramos hasta el ascensor, el cual subía muy rápido, ya
que yo vivía en el primer piso. Al entrar ella se quedó viendo el departamento,
fue hasta las habitaciones y vio el estudio convertido en la oficina de Isidro
José y exclamó “¡Qué bello lo tienes y que grande es!” le dije “Si, tiene 160 m2”,
luego preguntó “¿Es tuyo?” y le respondí “No, es alquilado” – “¿Y cómo haces? ¿Lo
haces sola o Isidro padre te ayuda?” la miré y le pregunté “¿Usted qué cree?”
ella dijo que no, y le dije “¿Entonces Sra. Luisa? Si usted ya lo sabe, ¿Para
qué me pregunta? Isidro nunca le dio ni le da nada a sus hijos, yo veo como
hago para que no les falte nada”, ella respondió “Creo que te debo pedir una
disculpa, pues nunca te valoré y ahora me doy cuenta que eres una tronco de
mujer y una excelente madre”, sonreí y le dije “Nunca es tarde”.
Pensé “Su hijo y yo tuvimos 15
años de casados, ya han pasado 14 años desde que nos separamos, y… ¿Es ahora
que me dice eso?”. Me parecía increíble, hay que ver las vueltas que da la
vida, nunca me imaginé que yo volvería a recibir en mi casa a la Sra. Luisa,
pero bueno, ella es la abuela de mis hijos y ahora me necesita, debo recibirla
y hacer que se siente bien y esté cómoda. Le dije “Venga Sra. Luisa”, le mostré
la habitación en donde ella dormiría y le entregué las flores que le había
comprado, se emocionó y mi dijo “Gracias, a mí nunca me habían recibido tan
bonito”, luego le dije “Venga, siéntese aquí y cuénteme a qué vino de nuevo a
Venezuela”. Se sentó y me dijo “Vengo con la idea de quedarme y comprar un
pequeño apartamento. Mis dos hijos ni siquiera comparten conmigo y no nos hemos
entendido bien, debo pensarlo” – “Sra. Luisa, los hijos no son como las hijas,
usted tiene a su hija Mariluz allá en España y es allá donde debe estar usted,
de todas maneras yo la llevaré a ver algunos departamentos pero creo que no
debería quedarse, pues estaría siempre sola y ya usted es mayor, usted debe
estar con su hija”.
Mi suegra Luisa López y mi suegro
Luis Montoto en 1964 en la boda de su hija Mariluz en Caracas.
Mi cuñada Mariluz Montoto López el día de su matrimonio con su primo Antonio Montoto en Caracas en 1964.
Luego llegaron Isidro José y Alexander, la Sra. Luisa quedó asombrada al verlos ya hechos unos hombres, Isidro José tenía 23 años y Alexander 14 años ¡Claro! Ella dejó de verlos hacía mucho tiempo.
Mi cuñada Mariluz de 18 años cuando llegó a Venezuela en 1962.
Luego llegaron Isidro José y Alexander, la Sra. Luisa quedó asombrada al verlos ya hechos unos hombres, Isidro José tenía 23 años y Alexander 14 años ¡Claro! Ella dejó de verlos hacía mucho tiempo.
Alexander la abrazó pero Isidro
sólo le dio la mano y le dijo muy seriamente “Hola abuela” y con la misma se
fueron para su cuarto. Ya era tarde y yo le dije “Vamos acostarnos, usted debe
estar cansada… yo también lo estoy”, le expliqué que yo me iba muy temprano, le
enseñé donde estaba todo en la nevera y le recalqué que podía comer lo que
quisiera, le dejé los teléfonos y le dije que vendría a las 12 del medio día
porque cerraba la tienda, buscaba a Alexander y luego vendría a hacer la
comida.
La Sra. Luisa y mi persona
Dolores, año 1971. Yo tenía 21 años.
“Buenas noches Sra. Luisa” le
dije antes de despedirme. Al día siguiente, cuando regresé a la casa al
mediodía, la Sra. Luisa estaba viendo la tele. Enseguida preparé todo, luego comimos
y nos quedamos hablando. En la tarde la invité caminando a la tienda para
merendar juntas, pues era cerquita. Pasaron unos días, el sábado me agarré todo
el día y la llevé por el centro de Caracas a ver varios apartamentos en venta pero
lo que ella alcanzaba a comprar con el dinero que tenía no le gustaban y así
pasamos en eso como dos semanas.
Llegó el día 5 de febrero e Isidro
José cumplió 24 años. Ese día se fue con unos amigos pues no quería estar en
casa ya que se sentía incómodo, pues su abuela lo criticaba y a él no le
gustaba.
Esta fotografía fue tomada el día
del bautizo de Isidro José en agosto de 1971 en nuestra casa en San Bernardino
en Caracas. Allí: Jesús e Isidro Montoto, La Sra. Luisa y el Sr. Luis; abuelos
paternos y padrinos de bautizo, mi persona Dolores.
Abuelos y padrinos de bautizo de Isidro José.
En esos días yo estaba en la oficina de mi tienda y vi por el vidrio que alguien preguntó por mí y reconocí
esa voz. Me quedé pensando y me acordé ¡Mi amigo Carlos! Hacía como 6 años no lo
veía, desde que terminamos aquella amistad. (A los seguidores de mi blog: Recuerden
que Carlos era mi corredor de seguros y éramos inseparables pero le pusimos
distancia a esa amistad). Respiré profundo, salí de la oficina y sonriendo le
dije “Hola Carlos”, él caminó hacia mí, me dio la mano y nos dimos un abrazo
grande. Los dos estábamos emocionados. Las chicas de la tienda nos miraban,
volteé y se las presenté. Luego lo invité a que pasara a la oficina y mandé a
buscar café. Carlos me dijo “Sigues tan hermosa como siempre” y yo riéndome le
dije “Tú también estas bello”. Hablamos un buen rato. Él seguía con su esposa,
su hijo ya tenía 6 años. Yo le conté de mí, le dije que estaba sola como
siempre. Él añadió “Sola… porque tú quieres”. Nos dieron las 7 de la noche
hablando. Para finalizar le dije “Nos vemos el viernes 21 de febrero, es mi
cumpleaños. Si quieres vente en la tarde que voy a picar una torta y así
conoces a mi suegra de quien ya te había hablado”.
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Fotografías tomadas en mi oficina
cumpliendo 45 años, año 1995.
Dolores Señaris Calviño cumpliendo 45 años.
Mi hijo Alexander con su abuela paterna Luisa López de Montoto y mi persona Dolores.
Mi hijo Alexander con su abuela paterna Luisa López de Montoto y mi persona Dolores.
Mercedes, la Sra. Luisa y mi persona.
Dolores con su suegra Luisa.
Nely, Mercedes, la Sra. Luisa, mi persona Dolores y Carlos.
Nely, mi persona Dolores y Mercedes.
Dolores y Salvador.
Dolores con su suegra Luisa.
Junto con mi bello Alexander.
Mi amiga de años Mercedes y mi persona Dolores.
Mi bello Alexander. Fíjense; los dos tenemos el mismo gesto en la cara.
Mi hijo Alexander con su abuela paterna Luisa López de Montoto y mi persona Dolores.
Mi hijo Alexander con su abuela paterna Luisa López de Montoto.
Mi amigo Carlos y yo.
En mi oficina, allí Mary, mi peluquero y amigo de años Salvador, Mercedes, Alexander, mi persona Dolores, Carlos, mi suegra Luisa y mi amiga Nely.
En mi oficina allí Mari, Salvador mi peluquero y amigo de años, Mercedes, Alexander, mi persona Dolores, Carlos, mi suegra Luisa, y mi amiga Nely, y Sany,
Dolores apagando las velas del cumpleaños.
Ese fin de semana, el sábado
llevé a mi suegra a ver apartamentos pero no le gustaba nada, además de los
precios, por último fuimos a merendar a La Castellana. Alexander estaba con
nosotras pero no estaba muy contento, yo me daba cuenta de eso, tanto Isidro
José como Alexander no habían tenido trato con su abuela y no había ese afecto que
normalmente hay hacia las abuelas, además Isidro José sufrió el abandono total
de sus abuelos y él lo lleva en el corazón, pues tenía 9 años y cuando se fueron
tenía 15 años y en esas edades las cosas duelen mucho, y se llevan en el alma,
por lo tanto era demasiado frío con su abuela, por más que yo le decía, no
podía yo mandar en los sentimientos de él.
Esta fotografía fue tomada el día
del bautizo de nuestro hijo Alexander en 1980, allí su abuela paterna Luisa
López, su prima Marité, mi persona Dolores, mi hijo Isidro José, su abuelo Luis
Montoto con Alexander cargado, Isidro Montoto padre y un amigo de la familia.
El día del bautizo de nuestro hijo
Alexander en nuestra casa de La Urbina en Caracas 1980. Allí la llegada a la celebración
los abuelos paternos Luis Montoto y Luisa López recibiéndolos, luego su hijo
Isidro y mi persona Dolores.
Una hermosa foto de Alexander con sus abuelos paternos Luis Montoto y Luisa López, desde el día del bautizo no volvieron a ver a su nieto en dos años, pues Isidro y yo nos separamos un mes después.
Alexander con sus abuelos Luis y Luisa en 1980 en Caracas.
Al día siguiente, lunes, me fui
tempranito, mi suegra estaba durmiendo, le dejé el desayuno preparado y el
termo de agua prendido para que cuando se levantara se bañara con agua caliente y se sintiera bien y le dejé
una nota diciéndole que vendría a las 12 y compraría comida hecha para que
tuviéramos tiempo de hablar.
En la tienda pensé que la vida es
una tómbola lo que tú haces lo pagas aquí mismo. Lo que pasó el día anterior
con Isidro fue el resentimiento que lleva en su corazón, pues él desde pequeño
hasta los 8 años era hijo único y muy consentido por sus abuelos y el error de
ellos fue que, al divorciarnos Isidro y yo, ellos se divorciaron totalmente de
mí y de sus nietos, Alex tenía 13 meses y no se acuerda pero Isidro ya tenía 9
años, ésto nunca lo olvidó, a pesar de hacerle terapias con psicólogos y de que
yo nunca le hablé mal de sus abuelos. Los niños se hacen hombres y no olvidan, esta
era la factura de la vida que le estaba cobrando a la Sra. Luisa. Tendría yo
que hablarle a ella y aparte a Isidro José veríamos como seguiría esta
relación.
Aquí la Sra. Luisa de 80 años en España junto a todos sus bisnietos, hijos de los tres hijos de su hija Mariluz. Fotografía que me envió ella misma.
Llegué a la casa y dije un "Hola" muy fuerte al abrir la puerta y nadie me contestó. Fui al cuarto de mi suegra y vi que no estaba, fui a mi cuarto y encima de la cama había una nota, la leí y decía: "Me fui de tu casa, no aguanto más a tus hijos, ya te llamaré...", me quedé paralizada, ¡Que actitud! ¡Parecía una niña! Ni siquiera me dijo a donde iría. Me dirigí a su cuarto y allí estaba parte de su ropa y su maleta, pensé en que a dónde su hijo no debía haber ido, pues están disgustados, porque en las tres semanas que ella estuvo en mi casa, nadie llamó. Ella tenía dinero y conocía bien Caracas, no me angustiaría, esperaría a que me llamara.
Hermosa fotografía con Luisa y sus bisnietos, todos primos segundos de mis hijos.
Pasaron como 15 días. Una tarde
estaba en la tienda y la Sra. Luisa me llamó y sin saludarme me dijo
"Tráeme mis cosas a Bello Monte a casa de mis compadres Fina y Manolo” – “Hola
Sra. Luisa, ¿Cómo está? Estaba preocupada por usted” y ella en el mismo tono me
respondió “Pues no te preocupes por mí, yo soy bastante vieja y me se cuidar
sola” – “Lo que no entiendo es su tono de voz tan agresiva, yo creo que no le
hice nada para que esté así conmigo” – “Tú no pero tus hijos son unos groseros
y me botaron de tu casa” – “No, eso no es verdad. Usted se fue sola” – “Bueno, bueno…
Tráeme mis cosas el viernes porque las necesito” – “Se las llevaré el sábado que
es cuando puedo ir” y ella añadió “Tráeme varios suéteres de los que vendes en
la tienda, para escoger uno porque necesito hacer unos regalos” – “Está bien,
yo se los llevo” y colgué el teléfono. Me quedé pensando en la forma en que me
trató, creo que estaba hablando así como para que alguien la escuchara y como
dijo que mis hijos la botaron, pienso que ese cuento se lo contó a Fina y a
Manolo para poder ir a su casa. De verdad que yo estaba asombrada, el mundo
está lleno de mal agradecidos y una de esas personas era mi suegra. Esta
situación me afectó.
Llegué a la casa, le recogí todas
sus cosas y le llevaria 6 suéteres de mi tienda para que ella escogiera. Pensé que
tendría que reunir los mil dólares que yo le debía, los cuales pensaba pagarle
en mayo con las ventas del día de la madre pero ahora se los tendría que pagar en
ese preciso momento, que raro que no me los pidió, no les conté nada a mis
hijos. Ese día era miércoles. El sábado en la tarde le llevaría todo.
Mi suegra de 85 años con una de sus bisnietas en España.
El sábado como a las dos de la
tarde me fui sola a Bello Monte en la Av. Miguel Ángel. Paré mi carro frente al
edificio donde vivían desde hacía muchos años Fina y Manolo. Subí y toqué el
timbre y al salir Manolo a abrirme la puerta, con una alegría y una sonrisa muy
grande lo saludé y él muy serio sólo dijo “Pasa”. Cuando pasé vi a mi suegra y
a Fina, la cual fui a abrazar y se echó para atrás igualmente que mi suegra. ¡Dios!
¿Qué sucedía allí? ¿Qué será lo que mi suegra les contó que me trataban con
aquella frialdad? Sentía escalofríos y sentía las vibraciones negativas hacia
mí. Por un momento pensé en irme corriendo pero eso quizás era lo que mi suegra
quería para demostrarles a ellos que los que les dijo era verdad. Entonces
respiré profundo, di media vuelta, me senté en el sillón y muy sonriente le
dije a Fina “¿Me podrías dar un vaso de agua?” Ella buscó el agua, me la tomé y
me fui calmando. Me paré le entregué la maleta y unas bolsas con sus cosas a mi
suegra y saqué los suéteres para que escogiera. Los revisó y me dijo “Quiero
los seis, ¿Cuánto cuestan?” y le dije “Con un descuento del 30% los seis le
quedan en 3000 Bs.” eso era casi los 1000 $ que yo le debía, me dijo.
Esta fotografía de mi suegra y mi persona Dolores fue tomada en Santiago de Compostela en Galicia en mi viaje a España en 1991.
“Me voy el próximo domingo para España y el sábado me van a ser una despedida en el restaurante de Arturo, aquí en frente y si tu vienes a despedirte de mí te pagaré los suéteres, pues ahora no tengo el dinero” me dijo la Sra. Luisa. Le pregunté qué si quería que la llevara al aeropuerto el domingo y ella me dijo que no porque la llevaría sus compadres. Luego le dije “Yo vengo el sábado y le traigo a su nieto Alexander para que se despida de usted”. A todo esto Fina y Manolo callados, escuchaban y se miraban él uno al otro. Mi suegra estaba nerviosísima, me di cuenta que lo que querían era que me fuera, así lo hice y sonriendo les dije “Me voy muy agradecida por sus atenciones y por cuidar de mi suegra”, les di la mano y les dije “No se molesten en acompañarme, yo bajo sola las escaleras”, así lo hice y desde la puerta les dije “Espérenme el sábado que yo vengo, ¡Chao!”. Bajé las escaleras y las piernas me temblaban. Al salir, respiré profundo estaba temblando ¡Dios! Que cosas tan negativas sentí alli hacia mí. Cuando estaba sentada en mi carro cerré los ojos y dije “Corazón de Jesús, aleja todo lo malo de mí, ayúdame a tener fuerzas para venir el sábado y delante de todos desmentir todo lo malo que mi suegra haya podido decirles de mí. Diosito, ayúdame esta semana con las ventas en la tienda para poder, el sábado delante de todos, pagarle los 1000 dólares a mi suegra.
Alexander con su abuela en Santiago de Compostela en Galicia. Año 1991.
Prendí mi carro y me fui pensando
en lo sucedido. Llegué a mi tienda y mandé a la chica que me buscara un café
marrón claro, bien caliente y le puse azúcar para recuperarme. Yo era muy
sensible y las vibraciones negativas las sentía y ese día en esa casa fueron
tan fuertes que sentía que me habían robado mi energía. Poco a poco me fui
recuperando pero no podía dejar de pensar en lo sucedido y me di cuenta que me
dolía el comportamiento de mi suegra hacia mí. No les contaría nada a mis hijos
para no hacerles daño y que recordaran a su abuela lo mejor posible.
Esta fue la última fotografía que se tomó el Sr. Luis con su nieto Alexander que tenía un año, 1980.
Isidro José cumpliendo 5 años con sus abuelos Luisa y Luis en el Marques en Caracas 1975.
Esta fotografía fue tomada cuando viajamos a España y visitamos la Tumba de mi suegro Luis en Santiago de Compostela en Galicia, año 1991.
Ese domingo estaba agotada, me
dolían las piernas y además estaba bien triste, así que me quedé todo el día en
la cama y solo me levanté para comer con mis hijos al medio día y les conté que
su abuela estaba en casa de sus compadres y que se iba el domingo de vuelta a
España, e Isidro José sin vacilar dijo “Es lo mejor que puede hacer, pues aquí
no la quiere nadie” y le dije “Isidro, no hables así de tu abuela, es la única
que tienes viva” – “Es como si no la tuviera”, lo miré y le dije a Alexander “El
sábado vamos tu y yo a despedirla” y Alexander me dijo “No quiero ir” – “Por
favor Alex, acompáñame” – “Está bien mamá, te acompañaré pero lo hago por ti”,
enseguida Isidro José me dijo “A mí no me mires, pues yo no voy” – “Está bien
Isidro”. Nos levantamos de la mesa, recogí todo y de nuevo me acosté. Necesitaba
recuperarme para empezar la semana con fuerza, pues debía vender muy bien para
poder comprar el viernes en el banco los 1000 dólares para pagarle el sábado a
mi suegra.
Empecé la semana con mucha
fuerza. Esa semana me fue muy bien en las ventas de la tienda y el viernes pude
comprar los 1000 dólares. Dejé la tienda sin nada de las ventas de la semana
pero estaba contenta pues el que paga Dios lo ayuda.
Llegó dicho día sábado y como a
las 4 de la tarde me arreglé bien bonita porque yo sabía que allí estarían los
amigos de mis suegros del pasado y no me habían visto desde que Isidro y yo
nos habíamos divorciado, es más, ellos no conocían a Alexander, pues recuerden
los lectores que Isidro y yo nos separamos teniendo Alexander 13 meses.
Me puse mi medalla del corazón de
Jesús para que me protegiera y Alexander y yo nos fuimos a esa reunión. Llegué
a Bello Monte, paré el carro en frente del restaurante y Alexander y yo
entramos. Vi una de las mesas en donde estaba mi suegra con Fina, Manolo y
Arturo el dueño del Restaurante con su esposa. Esa era la mesa donde yo me
sentaría para poder desmentir a mi suegra delante de todos.
Así de bella y arreglada fui para esa reunión.
Al entrar al Restaurante todos
voltearon y exclamaron a la vez “¡Es Lolita y vino a despedirte!” yo con mi
mejor sonrisa los saludé uno a uno y de último a mi suegra, le di un beso y
ella se puso roja. Les dije “Bueno, ¿Qué les pasa a ustedes? Es normal que yo
venga con mi hijo a despedir a mi suegra; la abuela de mis hijos. ¡Ah! y a
propósito, este joven es mi hijo Alexander, que ya cumple 15 años”. Alex le dio
la mano a todos y un besó a su abuela, se sentó a mi lado, y fue Arturo que
dijo “Lo que pasa es que pensábamos que no vendrías, eso nos dijo Luisa”,
entonces sonreí y les dije “Bueno, aquí estoy”.
Allí estuve un rato. Les conté lo
que hacía y en donde vivía. Me preguntaron si no me había casado y yo riéndole
les dije “No, es mejor estar sola con mis hijos que mal acompañada” todos
rieron y Fina dijo “Pero se ve que estas muy bien, tienes negocio y vives hacia
el este de Caracas, donde viven los ricos” y yo le respondí “Yo trabajo muy
duro y trato que a mis hijos no les falte nada”.
Así de bello era mi hijo Alexander con 15 años.
Luego de un rato saqué de una
bolsa 5 regalos y le dije a la Sra. Luisa “Estos cuatro regalitos son para mi cuñada
Mariluz, los otros para mis tres sobrinos y este es para usted Sra. Luisa de mi
parte y de sus nietos”. Todos se miraban extrañados y la esposa de Arturo me
dijo “Tú estas divorciada hace 14 años, ella no es tu cuñada, ni sus nietos tus
sobrinos” y le dije “¿Quién te dijo eso? Los lazos sanguíneos con mis hijos
nunca nadie los puede romper, siempre serán sus primos hermanos, Mariluz su tía
y la Sra. Luisa su abuela, además que no me he vuelto a casar y aunque esté
divorciada, es por la ley de los hombres, pero Isidro y yo nos casamos por la
iglesia y allí no hay divorcio, así que seguimos siendo familia, lo que dejamos
de ser es pareja”. Todos me escucharon como si yo fuera de otro mundo y
entonces saqué mi sobre blanco de mi cartera y lo dije fuerte para que todos me
escucharan “Sr. Luisa quiero darle las gracias por el dinero que me prestó
cuando estuve enferma. Aquí en este sobre le traigo los 1000 dólares que me
prestó”, la Sra. Luisa tartamudeando me dijo “No esperaba que me los pagaras, es
más, pensé que no vendrías a despedirme y no traje el dinero de los suéteres
que te compré” – “No se preocupe Sra. Luisa, yo se los regalo. Tómelo como los
intereses de lo que me prestó”. Todos se miraban, al final las miradas recaían
en mí.
Cuando estaba por irme, muy
sonriente les dije “Me voy” y todos me acompañaron a la calle donde estaba mi
carro, al verlo me dijeron muy sorprendidos “¡Guao es un sierra! ¡Qué bello es!”
a lo que yo les dije “Todavía lo estoy pagando”. Me despedí uno a uno y luego
de mi suegra y le dije “Sra. Luisa, espero que tenga buen viaje y Muchas
bendiciones” y le di un abrazo. Ella estaba tiesa. Alexander muy serio le dio
un beso y los dos nos montamos en el carro y nos fuimos del lugar. Me sentía
como una reina por la lección que les di a todos y en especial a mi suegra, la
cual no sabía si la volvería a ver. Así termino esta historia en Caracas a
principios de marzo de 1995.
A los seguidores de esta historia
les extrañará lo detallado que escribí este episodio con mi suegra, lo que pasa
es que como este blog es una herencia para mis futuros nietos, quiero que no les cuenten las cosas de otra manera y que sean ellos los que la lean y entiendan
bien sus raíces y haya pasado lo que haya pasado, estos son sus bisabuelos y
deben siempre respetar su recuerdo, ya que ellos son parte de sus raíces.
Al Sr. Luis, desde que se fue a
España, no lo volvimos a ver.pues falleció victima de un cáncer de pulmón. Durante los siguientes años que pasaban yo llamé por teléfono en
muchas ocasiones a la Sra. Luisa a España.
Pasaron 22 años para que yo volviera
ir a España. En el año 2013 fuimos Alexander, su esposa Zhandra y yo, la Sra.
Luisa tenía 90 años. Fuimos a visitarla a Santiago de Compostela mi hermano, mi
cuñada y yo. La Sra. Luisa estaba muy bien. Luego, otro día, cuadré para que
Alexander fuera a visitarla y le presentara a su esposa, mi nuera Zhandra. Ese
mismo día lo esperaron sus tres primos hermanos con sus parejas y sus hijos, también
su tía Mariluz, y compartió con todos, pues ellos no se conocían. Yo me sentía
muy bien, pues Alexander fue a compartir con sus primos y con su abuela
paterna.
Un año después de ese viaje que
hicimos a España mi suegra Luisa falleció de una neumonía. Gracias a Dios que antes
de partir volvió a ver a su nieto Alexander Montoto Señaris porque a su otro
nieto, mi hijo Isidro José, nunca más lo volvió a ver porque mi hijo falleció
en Caracas en el año 2005 de un cáncer en la laringe.
Zandra y Alexander en España. Así
volvió a ver a su nieto la Sr. Luisa que dejó de verlo a los 15 años y ahora
tenía 33 años y estaba casado, ya era todo un profesional. Por eso le doy
gracias a Dios pues después de pasar por el dolor de perder a mi adorado Isidro
José, hoy estoy acompañada y protegida viviendo con mi hijo y mi bella nuera.
Actualmente los tres estamos esperando el premio de recibir en nuestra casa a su
primer hijo y mi primer nieto. Gracias Dios por todo lo que nos das cada día y
que Dios bendiga a nuestra hermosa Venezuela, Dolores Señaris Calviño.
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El pueblo alemán de Venezuela cumple 173 años lleno de tradiciones europeas. Este pueblo es mejor conocido como la Colonia Tovar.
La hermosa Iglesia.
El arco donde fabrican cerámica típica.
La autora de este blog Dolores Señaris en una de sus visitas a la Colonia en el 2013.
Uno de los lugares donde venden artesanía.
La autora de este blog Dolores Señaris Calviño con su amigo y corrector del blog Leopoldo Santos comprando las deliciosas frutas que venden en la colonia, año 2013.
Allí viendo las hermosas artesanías.
Dolores Señaris Calviño en los jardines del hotel en la Colonia.
Dolores comiéndose un dulce de fresas con crema chantilly.
El 8 de abril 2016 se cumplieron 173 años de la fundación de la
Colonia Tovar, también llamada “la Alemania del Caribe” y “el pueblo alemán de
Venezuela”, por haber sido creada por un grupo de inmigrantes alemanes y
holandeses, quienes construyeron las casas manteniendo sus culturas europeas.
Se encuentra en el municipio Tovar, del estado Aragua, a tan sólo 42 kilómetros
de Caracas
Este pueblo es famoso por su
cultura, el clima y la cordialidad de su gente. Al visitar la Colonia Tovar no
hay que dejar de probar los platos típicos como la tarta de la Selva Negra, los
Strudels, las salchichas alemanas y la cerveza artesanal que se produce en la
zona.
El clima de este pueblo turístico
es fresco, con una temperatura media de 16 grados centígrados que permite a sus
visitantes disfrutar de frutas silvestres como duraznos, fresas, moras, higos,
entre otros.
Entre los meses de abril y mayo,
agosto y septiembre, se celebra el Festival Internacional de la Música de
Cámara de la Colonia Tovar, decretado patrimonio cultural del municipio en el
año 1992.
Entre los sitios de interés se
encuentran el Museo de Historia y Artesanía, el Centro Comercial Breikanz, el
Centro Histórico, la plaza Codazzi.
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Papá y mamá posaron para la foto. Pero el doctor notó algo raro en la cara de los bebés.
Papá y mamá posaron para la foto. Pero el doctor notó algo raro en la cara de los bebés.
Por un largo tiempo, Amber y Levi
soñaron con tener una familia grande para amarse y cuidarse más que a nadie más
en el mundo.
Así que la pareja estuvo feliz de
tener a su primera niña. Y cuando tuvieron a la segunda, estuvieron tan
orgullosos como la primera vez. Pero después de pensarlo bien, determinaron que
ya eran suficientes niños. Claro que estaban muy equivocados.
Sin usar ningún tipo de medicamentos
ni tratamientos, la pequeña familia de cuatro quedó en shock cuando Amber se
dio cuenta de que estaba embarazada de nuevo. Y por si una más no fuera
suficiente, los doctores les dijeron que iban a ser trillizas.
De por sí, la posibilidad de
tener trillizos sin medicamentos ni tratamientos es bajísima. El parto fue muy
complicado, pero Amber fue toda una luchadora y, aunque tuvo que luchar por su
vida, finalmente todo salió bien. Y las trillizas nacieron sin ningún problema
de salud.
Y justo cuando pensabas que aquí
se acababan las sorpresas, descubrieron que estas tres angelitas tenían algo en
común.
En esta foto verás por qué Amber
luchó tanto por su vida. Tenía que quedarse en este mundo para cuidar de sus
tres angelitas ella misma.
Cuando la conmoción terminó, todos notaron algo en sus caritas:
Cuando la conmoción terminó, todos notaron algo en sus caritas:
Las tres son exactamente
iguales. ¡Trillizas idénticas! Se estima que la posibilidad de que eso suceda
es de 1 en 200 millones.
Y mientras mamá se recupera, su
comunidad se ha juntado para reunir fondos para la familia. Esa ayuda es
bastante especial, pues papá tuvo que dejar un rato el trabajo para cuidar de
su familia.
Eesa es la historia de Levi,
Amber, Lilly, Josey, Norah, Rylan y Remy; quienes no podían haber pedido algo
mejor en el mundo. ¡Buena suerte a toda la familia!
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Fundación Vidas La Milagrosa, les
compete este artículo para el bienestar de tu corazón.
Las chicas que colaboraron en una recaudación de fondos para nuestra Fundación, debidamente uniformadas con la camisa que tiene el logo de la Virgen La Milagrosa y las gorras con el nombre de la Fundación.
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Como sobrevivir a un ataque al corazón.
Dado que muchas personas están
solas cuando sufren un ataque al corazón, sin ayuda, la persona cuyo corazón
late incorrectamente y que comienza a sentir desmayo, tiene sólo unos 10
segundos antes de perder el conocimiento.
Sin embargo, estas víctimas
pueden ayudarse a sí mismas tosiendo repetida y vigorosamente.
Una respiración profunda se debe
realizar antes de cada tosido, y el tosido debe ser profundo y vigoroso y
prolongado tal como se produce en el interior del pecho.
Un aliento y tos deben repetirse
cada dos segundos sin parar hasta que llegue ayuda o hasta que sienta que el
corazón está latiendo normalmente. Respiraciones profundas llevan
oxígeno a los pulmones y los movimientos de tos presionando el corazón y
mantiene la sangre circulando. La presión de compresión sobre el
corazón también ayuda a restablecer el ritmo normal. De esta manera, las víctimas de
ataque cardíaco pueden llegar a un hospital. Comparte a otros acerca de ésta
manera de salvar su vida. Un cardiólogo dice que si todo el
que recibe este mensaje lo envía a 10 personas más, podemos apostar que vamos
a salvar al menos una vida.
fundacionvidaslamilagrosa@hotmail.com
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Imágenes de Venezuela.
La paloma de la paz con un corazón y una banda con el color de nuestra bandera.
Allí con el mapa de Venezuela
colocan a un nuevo venezolano que acaba de nacer.
La hermosa luna con los colores
de nuestra bandera y las estrellas está iluminando a Venezuela y a todos los
que vivimos en ella.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Dolores Señaris Calviño, autora
de los blog (Sola en América) y de (Te amo Venezuela mi país) y de la página de eventos (F.Publividas
Dolores Señaris Calviño con 45 años
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Todas las reseñas y las
fotografías son producto de un seguimiento diario en diferentes redes sociales,
y esto es a manera de resaltar lo
exitoso que somos los venezolanos triunfan do en el mundo. También todo lo
comparto a manera de información y para que quede plasmado en el blog como
información para las generaciones futuras. Le recuerdo a los lectores qué este
blog es una herencia que les dejaré a mis nietos para que conozcan sus raíces,
conozcan quién era su abuela y a la vez vean los acontecimientos que sucedieron
en estos momentos en Venezuela y el mundo.
para resaltar lo exitoso que son
los venezolanos ante el mundo. Lo colocó a manera de información y para que
quede plasmado en el blog y en esta página como información para las
generaciones futuras. Les recuerdo a los lectores que el blog y esta página son
una herencia que les dejaré a mis nietos para que conozcan sus raíces y quien
era su abuela,
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Nota: Para saber más de todo lo
que realizamos en Internet, aquí tienen los links de cada una de las páginas,
solo haz clic en cada una de ellas y aparecerá la información. Se reservan los
derechos de autor. Gracias por seguirnos.
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